Historia de los vigilantes de seguridad

La palabra vigilante tiene su origen en los primeros centinelas que residían en la Antigua Roma, a los que se les denominaba Vigiles, en la época del emperador César Augusto, y quienes con el paso de los años pasaron a ser la Guardia Pretoriana. Sus misión era servir para la seguridad del César, una tipo de fuerza policial que mantenía el orden público, y que también actuaban como bomberos cuando se les requería.

Posteriormente en la Edad Media, se sabe que en algunas de las ciudades había personal armado que recorrían las calles, sobre todo de noche.

Los vigilantes de seguridad en España.

En España había dos figuras que cumplían el papel de vigilantes: los Vigilantes Jurados, los vigilantes jurados de industria y comercio y los Guardas de Seguridad. Pero cuando apareció la Ley 23 en 1992 y el desarrollo del Reglamento de Seguridad Privada publicado en el BOE de 10 de enero de 1995, comenzó lo que a día de hoy se conoce con el nombre de vigilante de seguridad.

En España, sólo pueden ser contratados mediante una empresa de seguridad. Además, actualmente, dichas empresas pueden ser contratadas por la administración pública para que sus vigilantes actúen en coordinación, y siguiendo órdenes e instrucciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en distintas funciones, como la vigilancia del perímetro exterior de las cárceles, o servicios de seguridad en vía pública.

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